Los inmigrantes italianos que arriban al puerto de Coronel, comienzan a comerciar con abarrotes, géneros y herramientas.
En una primera época, no pasan de ser una decena, pero cuando la localidad obtiene la calidad de
y
su esposa Catalina Pastorini Ontano. Los acompaña Jacinto, hermano de Vicente. Los hermanos forman una sociedad para
establecer un local comercial que vende puerto libre
,
principian a desembarcar y, al alero del auge de las empresas carboníferas, consiguen hacerse un lugar en la sociedad minera.
Una de las primeras familias de las que se tienen evidencia y que se asienta en el puerto, es la formada por José Pastorini y
Jerónima Carlini. Ambos deciden inmigrar a América, acompañados por su hijo Juan Pastorini Carlini y los sobrinos
Filotea Ontano y Juan Bautista Pastorini Otonello. Llegaron en Valparaíso en 1895. Tiempo después, se radican en
Coronel, aprovechando el auge de la industria carbonífera. En 1899, Juan Pastorini Carlini y Filotea Ontano contraen
matrimonio y luego resuelven establecerse en la localidad, donde instalan un local comercial y restaurante. El trabajo duro y
el ahorro, permiten a la familia mejorar su nivel de vida, adquirir propiedades y amasar fortuna. Así, Juan se convierte en un
poderoso empresario de la región. En la actualidad la Sucesión Pastorini Ontano, administra los bienes generados por el
trabajo de Juan y Filotea.
Juan Bautista Pastorini Otonello, arriba al país, junto a su esposa Avelina Rossini Sbergola, el año 1895. Y tal
como lo narramos en el párrafo anterior, acompañan a sus tíos José Pastorini y Jerónima Carlini. La familia fija
residencia en el puerto
y se dedican al comercio de abarrotes. Juan Bautista, compra a un coterráneo, llamado Lorenzo
Boitano el local comercial ubicado en las calles Lautaro esquina Carvallo. Permanece en la ciudad durante muchos años y,
solamente, en el último tramo de su vida, se muda a Concepción.
A inicios del siglo XX, se asientan en la ciudad, los súbditos ítalos Silvio Merello Arata y su esposa Colomba Boero
Paggi.
Por el 1900, alcanzan estos suelos, el matrimonio conformado por José Caffarena y María Cichero Fontana. Se dedican
al comercio de abarrotes, inaugurando un almacén que, con el curso de los años, se convierte en una de las primeras multitiendas
de la ciudad.
Todavía, en los inicios del siglo XX, fijan morada en la ciudad Federico Cassaccia Solari y su mujer Emilia Canessa.
A la pareja le acompaña Hugo, hermano de Federico. La familia inaugura una Ferretería en el pueblo. El recinto comercial llega a
ser uno de los más importantes de la región del carbón, al extremo que su propietario, colabora con el esfuerzo bélico de su patria
lejana. Durante la gran guerra
, envía herramientas y pertrechos a Europa. Con la apertura del Canal de Panamá, el negocio
empeora y se cambia a Santiago, donde funda la Fábrica de Frazadas El Castillo
.
Por su parte, el matrimonio de Lorenzo Boitano, procedente de Santa Margarita, Rapallo y, Angela Caprile, oriunda de
Génova, establecen su residencia en Coronel, hacia 1909. Al igual que los demás inmigrantes peninsulares, colocan un almacén de
abarrotes que después agrandan. Los esposos fallecen en la década de los cincuenta del siglo XX, dejando una descendencia de cinco
hijos.
Pasada ya la primera guerra mundial
, el año 1922, vienen al puerto
el matrimonio de Vicente Olivieri Panizzitodo lo necesario para el hogar
. Con posterioridad, en 1926, inauguran otro
almacén
que llaman La Campana
. Tras fallecer Jacinto, en 1931, Vicente se encarga de todos los negocios de la familia,
forjando una importante fortuna. Fallece en 1971.
Otra familia de italianos que reside en la ciudad, en la década de los 20’, son los Drago Caprile que orientan su quehacer
hacia comercio, levantando un local comercial frente a la plaza de armas. Por último, tenemos constancia de la existencia de la
importadora propiedad de Eugenio Fissore, y la fábrica de bebidas y cerveza, de Juan Pastorini Carlini.
Alrededor del año 1825 Coronel adquiere el título de Villa, y empieza a funcionar las primeras vetas carboníferas, Punta de Puchoco,
Cerro Obligado, Corcovado y Playa Negra. Con el auge de la explotación del carbón se comienza a formar el pueblo de Coronel.
Primero con incipiente comercio casi ambulante, en los sectores denominado el Cerro El Pillo
y La Colonia
, esta última se le
llamaba de esta forma ya que se encontraba lleno de casitas donde habitaban los inmigrantes europeos.
Los inmigrantes italianos empezaron a comercializar con géneros, herramientas y abarrotes en general.
Siendo esta actividad fundamentalmente distinta a la extracción del carbón.
A diferencia del resto del país los italianos llegados a esta zona fueron muy pocos ya que se estima que no excedían las doce personas y a
pesar de ello los inmigrantes si lograron contribuir al desarrollo de la zona, los que nos hace pensar que ellos llegaron con una idea más
clara a lo que venían a estas nuevas tierras solo el deseo de salir adelante, es lo que logro la diferencia con la mayoría de los inmigrantes
europeos.
Como Coronel, era en esos tiempos Puerto Libre, desembarcaron aquí, y así el auge de las Empresas Carboníferas de la zona los hacía pensar en
un mejor prospecto económico, por otra parte la zona les agrado sobremanera por sus productos naturales y sus bellezas que se parecían a
algunos lugares de Italia, y así poco a poco se fueron quedando y formando sus hogares casándose con otros inmigrantes o hijos de estos.
Los italianos que llegaron a otras zonas de Chile, en esta primera inmigración, decidieron establecerse finalmente en Coronel, entregándoles
a sus hijos nacidos en estas tierras sus tradiciones de la lejana Madre Patria.