Joaquín Toesca y Ricchi

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Arquitecto (1780)

Nace en la ciudad de Roma en 1745.(1) Aún niño y como cadete de un regimiento de Milán, inicia sus estudios de arquitectura en el taller de Francisco Sabatini. En corto tiempo, es uno de los más aventajados discípulos del maestro, de tal manera que en 1760, cuando éste es llamado por el monarca español Carlos III como su arquitecto de confianza, el aprendiz le acompaña en calidad de delineante. En España, durante tres años, estudia matemática en la Real Academia de Barcelona, conocimientos que perfecciona, en su ciudad natal, en la Academia de San Lucas. Está de regreso en Madrid, cuando el obispo santiaguino Manuel de Alday y Aspée, escribe a un religioso amigo consultando por un arquitecto capaz de hacerse cargo de la construcción de la Catedral de Santiago. El recomendado es Toesca quien es catalogado como el más idóneo para llevar a cabo la labor. Llega a la capital del Reino a comienzos de 1780, postrimerías de la gobernación de Agustín de Jáuregui y año en que Alday, continúa con sus esfuerzo para concluir con la construcción de la iglesia Catedral. Una vez en Santiago, acepta la responsabilidad de hacerse cargo de seguir con las obras, comenzadas el año 1748 y finalizadas después de su muerte. Cuatro meses después, adopta el compromiso de levantar la Casa de Moneda. La elaboración de los planos de ambos edificios, le demanda mucho tiempo al no existir, por aquellos años, personas capacitadas que le prestasen auxilio en esta tarea. De este modo, sólo en 1782, los planos de las dos edificaciones están terminados. Además, de estos trabajos, debe enfrentar las faenas provocadas por la violenta crecida del río Mapocho en 1783 y que le obligan a reparar las defensas con que cuenta la ciudad, ante otros desbordamientos del río.
A partir de 1875, el trabajo se torna agotador, pues debe encargarse de la demolición del antiguo edificio de la Real Audiencia, junto con iniciar la nueva Cárcel, la construcción del Cabildo, los Tribunales de Justicia y el Hospital San Juan de Dios, aparte de reparar algunos errores arquitectónicos existentes en la iglesia Catedral de Concepción. Prolonga sus trajines al levantar los Tajamares del Mapocho, trabajos que deben impedir las periódicas inundaciones a que está expuesta la ciudad, producto del aumento del volumen de las aguas del río. Durante la gobernación de Ambrosio O'Higgins, ejecuta -entre otras faenas-, el plano de la ciudad de Los Andes, la reparación del puente del río Aconcagua y la supervisión de los trabajos del camino carretero entre Santiago y Valparaíso.
No obstante, las múltiples ocupaciones de este notable arquitecto que diseña y construye un sinnúmero de edificios, encuentra tiempo para enseñar matemáticas en la Real Academia de San Luis y en su propia casa taller.
Por casi dos décadas, emprende más y más trabajos. Fruto de su inagotable energía la colonial capital del Reino cambia su fisonomía –es quien realiza la mayor contribución al desarrollo de Santiago–; así pues, uno de sus edificios es considerado como uno de los ejemplos más notables de arquitectura civil latinoamericana. La Casa de Moneda, aún hoy, caracteriza a la ciudad con un sello particular. (2) Asimismo, es el arquitecto que alcanza mayor notoriedad al convertirse en el máximo representante del arte colonial neoclásico que llega hasta América hispana al finalizar el siglo XVIII.
Fallece en Santiago el 11 de junio de 1799.

(1) Para hacer estas notas biográficas de Toesca hemos utilizado básicamente a Gabriel Guarda. El arquitecto de la Moneda, Joaquín Toesca, 1752-1799: una imagen del imperio español en América. Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile, 1997 y Myriam Waisberg. Joaquín Toesca: arquitecto y maestro. Santiago, Universidad de Chile, Sede Santiago Norte, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 1975.
(2) Toesca comienza a participar en el diseño y construcción de La Casa de Moneda a partir del año 1782, pero la construcción es concluida por uno de sus discípulos, Agustín Caballero, a poco de comenzar el siglo XIX.

Fuente: Carlos Díaz Gallardo. Los Antecedentes: La presencia italiana en Chile, desde la Conquista y hasta mediados del siglo XIX.

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