Ángel Benvenuto Chiappe

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Comerciante (1906)

Provenientes de Génova, llegaron a inicios del siglo XX.
Cuatro hermanas conservaron el legado de los Benvenuto
Ángel Benvenuto fundó la familia en Talcahuano, pero antes varios de sus hermanos habían pisado suelo porteño. Un clan que logró en Chile mayor estabilidad económica que en Italia. Es la historia contada por mujeres que llevan con orgullo este apellido.

Hace sólo unas semanas, los Benvenuto lloraron la partida de una de las mujeres de la casa, Teresa Benvenuto Stagno. A causa de un cáncer, ella dejaba su querida comuna de Talcahuano, hijos y nietos que la amaban.
Pero su muerte no sólo trajo penas, sino que sembró la semilla de miles de recuerdos, que ahora emanan de la boca de cada una de las descendientes de Angel Benvenuto Chiappe.
Sentadas en una mesa repleta de fotografías antiguas y nuevas, Lidia -primogénita del italiano- y su hija Maite Campos conversan sobre la vida en la casa de los Benvenuto. A sus 85 años, Lidia tiene la memoria perfecta para comenzar a relatar la historia que su padre y sus tíos tejieron en la comuna puerto, como comerciantes emergentes de principios del siglo pasado.
La historia de esta familia parte a inicios del 1900, cuando los hermanos Benvenuto Chiappe llegaron a Talcahuano, en busca de mejores posibilidades económicas. Aunque ya lo habían precedido algunos hermanos, fue Angel Benvenuto quien echó raíces en esta tierra. Procedente de la provincia de Génova, arribó a Talcahuano en 1906 para trabajar en la tienda de la familia, Capitán Prat, ubicada en Colón con Bilbao. Lo recibió su hermano Juan, quien diez años más tarde dejó Chile.
Ángel se casó el 19 de marzo de 1921 con Teresa Stagno Vallebona, hija de padres italianos, pero nacida en Chile. Con ella tuvo cuatro hijas, Lidia, la mayor y única testigo viviente de la familia; Teresa, Nedda y Lola. Cuatro mujeres con las que el apellido Benvenuto no perduraría en más generaciones. Sin embargo, ellas fueron capaces de transmitir la tradición italiana hasta al más pequeño de la familia, esa heredada de los padres de Angel, los que no conocieron Chile.
La casa de las nadadoras
Se caracterizan no sólo por aclanados y gritones, como ellos mismos se definen, sino porque el amor a la familia es algo que se lleva en la sangre y sobre todo, cuando ésta es italiana.
De hecho lo único que no conservan es la lengua, que por más que Ángel se empeñara en enseñarla en cada reunión familiar, sólo lograba hacer reír a sus hijas a carcajadas. Nunca pudimos tomarlo en serio, comenta Lidia.
Bueno, hoy les gustaría no haber reído entonces, pero más a sus hijas y nietas que a la propia Lidia, que sólo sonríe mientras recuerda este pasaje de su infancia.
En aquella época, la residencia de las Benvenuto era conocida como la casa de las nadadoras. Sí, porque todas las mujeres allí eran nadadoras expertas, una herencia del mismo Ángel, conocido entre los integrantes de la colonia italiana en Talcahuano, por sus prácticas de waterpolo en el Centro Deportivo Italiano del puerto.
El nono fue además uno de los socios fundadores de la Cuarta Compañía de Bomberos Pompa Italia, y un activo miembro de la Sociedad de Comerciantes Minoristas de la Cámara de Comercio y de la Sociedad Protectora de Empleados, entre otras organizaciones, muchas de ellas de beneficencia. Por tanto un hombre conocido por sus actividades entre los vecinos, y padre de cuatro bellas hermanas, admiradas por los solteros de aquellos años.
En la casa de los Benvenuto se hicieron todos los bautizos, primeras comuniones y matrimonios de las hermanas, ceremonias que partían en la parroquia Todos los Santos, que quedaba en frente. Allí hacíamos las fiestas y poníamos una alfombra roja entre la casa y la iglesia, para pasar de un lado a otro antes y después de la ceremonia, recuerda Lidia. Por eso la reunión era compartida con vecinos y amigos del sector que se agolpaban en las afueras de la casa. Era una fiesta a la italiana, comenta Maite.
Una de esas recepciones fue la del matrimonio de Lidia con Humberto Campos Monsalve. Ellos tuvieron siete hijos, seis hombres y una mujer, recalca la madre: Manuel, los gemelos Humberto y Rolando; Jaime, Claudio, Sergio y Maite.
Teresa, a la que llamaban Chita, se casó con Enrique Bastías Gómez y tuvo tres hijos, Teresa, Patricia y Andrés. Y Lola se casó con el general de Carabineros Víctor Quevedo Pérez. Sus hijos son Flabia, Jorge y Lily. Sólo Nedda no tuvo hijos, debido a que enviudó joven.
De esa descendencia provienen los cerca de 70 que hoy componen esta familia extranjera amante de Talcahuano. Sin embargo, la casa ya no es su punto de encuentro. Cada uno ha formado familia en distintos lugares de la zona, principalmente en Concepción. Con todo, el apego a esa ciudad sigue vigente. Era la comuna que eligieron sus nonos, la de sus ancestros. La propia.
Lasaña y secretos
Como buenos italianos, las pastas son especialidad en casa de los Benvenuto. Una familia numerosa que disfruta los encuentros familiares en las fiestas importantes, en los cumpleaños y en la lasaña de Navidad, cuyo gran secreto, según nos confiesan estas mujeres, está en la salsa hecha en casa y en el queso rallado a mano.
Tradicionales son los tallarines al pesto y los ravioles, todos preparados por las manos de la nona, luego por sus cuatro hijas, y ahora por la tercera y cuarta generación.
Más a la chilena, pero con la misma pasión italiana, son los pasteles de choclo que Lidia todavía hace para los suyos y que todavía se pelean en casa.
Sergio y Maite -los dos hijos menores de Lidia mantienen la mezcla entre la tradición culinaria y el comercio heredado de sus ancestros, en la pizzería que montaron en la entrada a las Terrazas de Vilumanque.
Tradición culinaria de la querida Italia
No podía ser de otra manera. Las cuatro hermanas transmitieron a las nuevas generaciones el gusto por la cocina de sus antepasados. Aprendieron con su madre, también de origen italiano, a cocinar los típicos platos con que Lidia aún deleita a sus seres queridos. Además de la lasaña y las pastas, ella menciona la torta Pascualina.
Dice que incluye una masa delgada y un relleno de acelga, huevos batidos, perejil, cilantro, pimienta y el infaltable queso rallado. Sin duda preparaciones que dan otro sabor a los encuentros de estos descendientes italianos que vibran con las fiestas familiares

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Fuente: Diario El Sur de Concepción.
http://www.elsur.cl/edicion_hoy/secciones/articulo.php?id=87384 . Consultado el 19 de julio de 2010. Autor de la crónica: Cecilia Arroyo Aguilera.


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