También de Italia llegó Costantino Ambrosoli. A sus 20 años decidió aprender el negocio que de su familiar desde el
siglo XVIII: la producción de miel. Ello lo llevó, en 1930, a estudiar por algunos meses en Estados Unidos. De regreso a su
Ronago natal, en Italia, logró entusiasmar a sus hermanos y en 1931 se lanzó a producir caramelos de miel y de leche-miel.
Pronto los dulces se hicieron conocidos en Italia y comenzaron a exportarse a otros países.
Tras la guerra, en 1947, Costantino decidió partir en busca de nuevos horizontes, junto a su esposa Nora Maschietto, y sus
dos hijas. En 1948 llegó a Chile y se radicó en Viña del Mar, donde arrendó unos galpones e instaló una planta envasadora de
miel y una fábrica de caramelos. Sus primeros productos fueron los mismos dulces que había vendido en Italia, a los que luego
fue agregando la menta alpina y diversos sabores a fruta.
Con los años, la empresa comenzó a expandirse en la producción de otros productos, incursionando en el campo de los refrescos
en polvo, las gomitas y los chocolates.
En 1988, los productos empezaron a exportarse a Canadá, Australia, Rusia y México. Costantino Ambrosoli falleció recientemente,
a los 92 años de edad. Hoy la empresa está en la búsqueda de un socio.
En el año 1932, Giovanni Battista, acompañado de su hijo mayor, Costantino, agregó a la planta de miel una fábrica
de caramelos, con el objeto de desarrollar y fabricar confites que derivaran directamente de este producto natural. Fue
así como nacieron los caramelos
a la miel
y leche miel
, que han dado su característica y fama al nombre y
marca Ambrosoli, estos nuevos productos transformaron la empresa Ambrosoli, de apicultora en sus inicios, a fabricante de
caramelos (...)