Con toda certeza, se arraiga en la ciudad a comienzos de la década de los años sesenta del siglo XIX. Posee un negocio de
menestras, actividad económica que lo convierte en un próspero miembro de la comunidad local. Y cuando al interior de la
colonia se forja la iniciativa de crear una entidad que brinde auxilio y protección, se transforma en uno de los principales
gestores de La Sociedad Italiana de Beneficencia (sociedad de socorros mutuos) fundada en 1867. Es probable que al año
siguiente, abandone la ciudad para trasladarse hacia Arica, pues le encontramos en este puerto cuando acontece el terremoto y
maremoto del 13 de agosto de 1868.
Vaccaro ha perdido una pierna (ignoramos las circunstancias), sólo algunos meses antes que ocurra el fuerte movimiento
telúrico. Y durante los instantes funestos del sismo, incapaz de huir, casi desaparece debajo de los escombros. Sin embargo, uno
de sus empleados lo rescata y para salvarlo de la furia del mar, lo deja sobre el mesón del despacho, abandonándolo a su suerte.
Esta improvisada embarcación es juguete del maremoto subsecuente, es arrastrada mar afuera, vuelve con la marejada y,
finalmente, es arrojada en el pueblo, encallando frente a la iglesia
. De esta manera, salva milagrosamente de morir ahogado. No obstante, meses después, el infortunio se hace presente en su
vida. Uno de sus colaboradores de confianza, a cargo de la caja del negocio, le defrauda en una fuerte suma de dinero. Al descubrir
que está en la ruina -incapaz de resistirlo- se suicida lanzándose a un pozo ubicado en la calle San Marcos.
Origen y desarrollo de la Colonia Italiana en el Norte Grande de Chile: 1850-1918.