Confirmando la tradición pionera en la elaboración de fideos y pastas –recuérdese a Schiarella, Brignardello, Daneri, Frugone y Basso-, en 1898, un joven inmigrante llamado Augusto Carozzi Passani, funda una compañía productora de fideos y pastas que con el nombre de Joven Italia, Carozzi y Cía. Logra proyectarse en el tiempo como una de las empresas más exitosas del ramo que haya existido en Chile. Este visionario empresario, logra consolidar la firma de modo que hacia 1907, levanta una moderna planta de producción en Quilpué, comarca elegida por lo óptimo de su clima, esencial en el proceso de secado de las pasta a principios del siglo XX. Con este cambio y el consiguiente fortalecimiento empresarial, pasa denominarse Compañía Molinos y Fideos Carozzi. En este período participan como socios Augusto Carozzi Passani, Juan Boccardo Benvenuto, César Casino Morara, Francisco Castello, los hermanos Fernando y Juan Cavagnaro, Eugenio Costa Norero y Pedro Parodi Bignore.
Nuestra Historia
Empresa con visión
Descendiente de una familia que por generaciones se había dedicado a la elaboración de pastas en su natal Italia, Augusto Carozzi Passani
llegó al puerto de Valparaíso y no dudó que Chile sería el lugar ideal para prolongar esta tradición.
Desde el principio percibió que la elaboración de pastas podría tener una gran acogida en las costumbres locales. Así, el 29 de marzo de
1898 en la misma Valparaíso creó La Joven Italia, Carozzi y Compañía, en sociedad con Francisco Vaccaro.
Quilpué, cuna de la pasta
En 1907 la Joven Italia, Carozzi y Compañía trasladó su base de operaciones a Quilpué, que contaba con un clima más adecuado para el secado
de pastas, un factor fundamental a principios de siglo.
El cambio resultó esencial en la consolidación de la empresa, que pasó a llamarse Compañía Molinos y Fideos Carozzi
.
En esta etapa participaron como socios fundadores Augusto Carozzi Passani, Juan Boccardo Benvenuto, César Casini Morara, Francisco Castello
Fernando, Juan Cavagnaro Assereto, Eugenio Costa Norero y Pedro Parodi Bignone.
A pesar de la crisis económica de los años 30 y de las vicisitudes derivadas del fin de la bonanza salitrera, el crecimiento de Carozzi fue
constante.
Preocupación por sus trabajadores
La Compañía fue pionera en la búsqueda de mejores beneficios para sus trabajadores, incluyendo aportes sociales. El pago de horas
extraordinarias y de jornada dominical fueron ejemplares y novedosas medidas en momentos en que el tema social era motivo de polémica
permanente en la nación.
A ello se sumaría posteriormente el beneficio de asignación familiar a sus empleados y el pago del feriado legal a sus trabajadores, mucho
antes que la medida fuera ordenada por la ley.
Vanguardia e innovación
Una de las permanentes preocupaciones de Augusto Carozzi fue mantener a su empresa a la vanguardia en la elaboración de pastas. Buscó
constantemente los últimos adelantos de la industria europea, para ofrecer a sus clientes un producto innovador y de calidad.
Así se convirtió en el responsable de la introducción del trigo Candeal en Chile, que por siglos ha sido considerada como la mejor para la
elaboración de las pastas.
Su labor se vio premiada al convertir a las pastas en un plato de alto consumo en la dieta del país.
Gestión del progreso
Enrique Costa Venzano fue el encargado de continuar con la labor de Augusto Carozzi. Como Gerente General y Director de la Compañía,
transformó a Carozzi en una empresa moderna y de relevancia nacional.
Esencial en este cambio fue la construcción de la planta en Nos y las múltiples contribuciones entregadas para el desarrollo de Quilpué:
donó terrenos para la construcción de un hospital y consiguió que los trenes expresos pararan en la ciudad y que realizaran rebajas en los
pasajes a los estudiantes que buscaban perfeccionarse en Viña del Mar o Valparaíso.
En la década de los '50, Carozzi inaugura el primer túnel automático para fideos largos del país, que la consolida como una de las fábricas
de pastas más modernas de América y una de las tres primeras plantas en el mundo en contar con un proceso continuo y automático en la
producción de pastas.
Paralelamente y después de ver los devastadores efectos del Polvillo Colorado de la Caña en las plantaciones, la Empresa forma el
Departamento Técnico Agronómico. Éste es el encargado de implementar el uso de los instrumentos adecuados para prevenir y resolver
situaciones de crisis.
La planta más moderna de Sudamérica
En 1965, debido a la fuerte demanda y la imposibilidad física de expandirse en Quilpué, se inaugura en Nos la planta de pastas más moderna
de Sudamérica.
Su ejecución constituye todo un acontecimiento y fue uno de los más importantes proyectos privados de la época, realizado por los arquitectos
Emilio Duhart, Luis Mitrovic y Christian De Groote.
La fuerza de los 16 herméticos silos contrasta con la total apertura del molino y del edificio horizontal de la fabrica, que permite ver la
maquinaria funcionando desde la carretera.
Las operaciones de producción de pastas se trasladan definitivamente a Nos en 1982.
A estos avances se suma la introducción de la salsa de tomates envasada en latón Pomarola, un producto pionero que modifica el modo de
cocinar en los hogares del país.
Empresas Carozzi redobla sus esfuerzos
En los años posteriores, Francisco de Caso Rivera fue el encargado de dar el impulso definitivo a la Compañía.
El 24 de enero de 1970 un gigantesco incendio destruye la planta de Carozzi en Quilpué, donde se elaboraba el 60% de los fideos que se
consumían en Chile. Esto obligó a la planta de Nos, recientemente construida, a redoblar sus esfuerzos para satisfacer las necesidades del
país. El mismo Francisco de Caso supervisa la reconstrucción inyectando nuevas energías a los trabajos que concluyeron en 1972.
Liderazgo en la industria de alimentos
Bajo la presidencia de Gonzalo Bofill de Caso, la Empresa consolida su liderazgo en la industria nacional.
Visionaria fue la adquisición de Costa, que a los pocos años de administración se transforma en uno de los mayores productores de chocolates
del país, siempre con innovación y explorando facetas desconocidas como la elaboración de galletas.
Esta es sólo una de las indagaciones de la Compañía en el rubro alimenticio a las que se sumaron otros novedosos productos, como las pastas
rellenas de larga vida como Ravioli y Tortellini.
El éxito de Carozzi traspasó el mercado de las pastas y se amplió a los chocolates, galletas, harinas, salsas de tomates, bebidas
instantáneas, caramelos, confites, pulpas de frutas y pasta de tomates mediante diversas marcas.
En un siglo de historia, Empresas Carozzi pasó de ser una importante compañía de pastas, a ser una de las más grandes empresas de alimentos
de Chile y de Latinoamérica.
Hoy cuenta con Agrozzi es una de las plantas procesadoras de tomates más grande del hemisferio sur y cuenta con la más avanzada tecnología
en el procesamiento de alimentos.
En el rubro de las harinas industriales, en 1988 Empresas Carozzi adquirió Somol (Sociedad Molinera de Osorno) y nueve años más tarde, toma
el control de una de las más importantes empresas del sector molinero en Chile, Sociedad Industrial Teófilo Grob, ubicada en la ciudad de
La Unión, en el sur de Chile. De esta forma, Carozzi se constituye en una de las más grandes productoras harineras del país.
Internacionalización y diversificación
A mediados de los años 90 se inaugura el proceso de internacionalización, que ha convertido a Empresas Carozzi en uno de los grupos
alimenticios más grandes e importantes de Latinoamérica.
En 1994 comienza a funcionar Carozzi North America Inc., encargada de distribuir directamente sus productos en el competitivo mercado
estadounidense.
Mientras en Argentina la Compañía adquiere la importante empresa productora de Confites y Golosinas D.R.F.Billiken.
Estos logros no sólo se deben a la inversión financiera sino también al compromiso de los trabajadores. Desde sus inicios, la Compañía ha
puesto especial énfasis en el recurso humano, un esfuerzo que se ha traducido en un excelente clima laboral y en empleados altamente
comprometidos con el desarrollo de la Empresa.
Hitos en el Tiempo
1898: La historia de Carozzi comenzó a gestarse con la inauguración en Valparaíso de la productora de pastas a Joven Italia, Carozzi y Cía.,
fundada por el joven inmigrante italiano Augusto Carozzi Passani. Así empezó el desarrollo del consumo de pastas en Chile.
1907: Considerando el rápido crecimiento de la fábrica de Valparaíso, la producción se trasladó a Quilpué, con el nombre de Compañía Molinos
y Fideos Carozzi
. Durante las décadas del 40 y 50, se transformó en una empresa moderna y de relevancia nacional, con un equipamiento de
última tecnología para la época y para Chile.
1942: Muere el socio fundador, Augusto Carozzi. Lo sucede Enrique Costa Venzano, hijo de uno de los fundadores de la Compañía, quien jugó un rol
fundamental en la modernización de la Empresa.
1965: Se inaugura en Nos la más moderna planta para la elaboración de pastas de Sudamérica existente hasta ese entonces.
1969: Asumió la presidencia de Carozzi Francisco de Caso Rivera, responsable de aumentar la producción para satisfacer la creciente demanda del
país.
1975: Asume la Presidencia de Carozzi Gonzalo Bofill de Caso, quien se destacó por enfatizar la tecnificación y profesionalización de todo el
quehacer productivo. Además, bajo su dirección, la Empresa se caracterizó por su capacidad para diversificar, comprar nuevas empresas y abarcar
un amplio sector del mercado alimenticio.
1982: Carozzi ingresó al negocio de los chocolates con la compra de Costa, compañía fundada en Valparaíso por don Federico Costa en 1907. Con
ésta adquisición, Carozzi masificó la comercialización de éste producto en todo el país, para lo cual amplió la fábrica de chocolates en
Valparaíso y construyó una moderna planta de galletas y bizcochos en Nos.
1987: Nació una nueva división, destinada a las exportaciones de pastas de tomates y pulpas de frutas. Se trata de Agrozzi S.A., hoy División
Agroindustrial, que actualmente cuenta con la planta procesadora de tomates más grande del hemisferio sur y la más avanzada tecnología en el
procesamiento de alimentos en Teno, corazón agrícola de la VII Región.
1988: Carozzi ingresó al negocio de las harinas industriales al adquirir Somol (Sociedad Molinera de Osorno). Nueve años más tarde, compró una
de las más importantes empresas del sector molinero en Chile, Sociedad Industrial Teófilo Grob, ubicada en la ciudad de La Unión, lo que la
convirtió en una de las más grandes productoras harineras del país.
1994: Comenzó la internacionalización de la Compañía, al abrir una oficina en Estados Unidos: Carozzi North America Inc. Esta es la encargada de
distribuir directamente sus productos en ese competitivo mercado, donde hoy provee a Wal Mart –quien en 1998 la premió como Vendor of the
Year
– y otras importantes empresas del rubro alimentos. En 1995, ingresó al mercado argentino mediante la compra de DRF, dedicada al negocio
de los caramelos y confites. Un año más tarde, entró a Perú al abrir Costa Perú, con una moderna fábrica de galletas, chocolates y bizcochos. En
1997, fue el turno de las pastas, harinas y sémolas en el mercado peruano a través de la adquisición de la compañía Molino Italia S.A., con su
reconocida marca Molitalia.
1999: Dado el sostenido crecimiento y las oportunidades de negocio que se abrieron, Empresas Carozzi se asoció con la principal empresa de
alimentos de Sudáfrica, Tiger Brands Ltd. la cual ingresó a la propiedad de la Compañía, contribuyendo no sólo con recursos financieros, sino
también con transferencia tecnológica y aportes en el plano estratégico.
2000: Para obtener el liderazgo nacional en el mercado de los confites, Empresas Carozzi concretó la adquisición del 100% de Industrias
Ambrosoli S.A. en el mes de diciembre. La compañía había sido fundada en 1948 por Costantino Ambrosoli en la V Región y pronto se convirtió en
uno de los principales actores de esa industria en Chile. Las ventas conjuntas de Costa y Ambrosoli permiten actualmente a Empresas Carozzi
liderar el negocio de confites en Chile.
2002: Con el objetivo de enfrentar mejor la situación económica en Argentina, la Compañía adquirió la división confites de Bonafide S.A.I.C.,
filial de Industrias Alimenticias Carozzi S.A., operación que es integrada a DRF, la que pasó a llamarse Bonafide Golosinas S.A.
2003: En agosto, la Compañía compró el 100% de la productora de segundas marcas de pastas, Parma S.A., con lo que Empresas Carozzi se consolidó
como líder con un 48% del mercado chileno de pastas. Hoy, Empresas Carozzi es uno de los conglomerados alimenticios más grandes de Latinoamérica,
con una facturación anual cercana a los US$ 550 millones, que se proyecta al siglo XXI, conservando la tradición familiar de su primer dueño.
2007: El 29 de Noviembre muere Gonzalo Bofill de Caso, quien presidió Empresas Carozzi durante 32 años. Bajo su mandato, la Compañía pasó de
ser Fideos Carozzi –una monoproductora de pastas- a Empresas Carozzi, la compañía chilena de alimentos más importante del país, con participación
en distintas áreas de negocios, siendo la número uno en el mercado chileno de pastas, chocolates, caramelos, harinas, postres y en el de pulpas
de frutas y de verduras. Y es un actor relevante en galletas, cereales para el desayuno, arroz, jugos, salsas y derivados de tomates.
Gonzalo Bofill de Caso hizo de su empresa familiar una Compañía internacional y agroindustrial, con plantas productivas en Chile, Argentina y
Perú, y oficinas comerciales en Estados Unidos, México, Ecuador y Paraguay. Exporta más de 1.000 productos a más de 50 países de los cinco
continentes.
En su reemplazo, asumió la presidencia del Directorio su hijo Gonzalo Bofill Velarde, director de la Empresa desde hace 28 años.