Durante el año 1884, asistiendo a esta "Exposición" celebrada en el puerto, ubicamos a Juan Ansaldo que ofrece su experiencia como «maquinista y constructor de teatros». Se inicia en este arte en 1864, en la ciudad de Génova. En América ejecuta obras en Montevideo y Buenos Aires. En esta última ciudad se adjudica la realización de los «proscenios» del Teatro Nacional y del Odeón.
JUAN ANSALDO (5° grupo).-VALPARAISO.
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Este señor presenta a la Exposición de octubre un modelo de proscenio de teatro.
Esta obra, que es original del señor Ansaldo, ha sido hecha bajo una escala de diez centímetros por metro y es construcción apropiada para el
sistema de teatros que se usa en Chile, en que esta clase de edificios están expuestos a las contingencias de incendios o temblores. Para evitar
el primero de estos peligros, el modelo tiene un corta-fuego de fierro, que para ser usado con buen éxito requiere que los primeros 3 o 4 metros
del cielo de la platea, que cubren los palcos del proscenio, sean también de fierro.
Al mismo tiempo, se le puede agregar un telón metálico que no ha puesto el señor Ansaldo por la premura del tiempo.
De este modo, en caso de incendio, el corta-fuego y los primeros cortinajes, que son todos de fierro, impedirían que el fuego se comunicara a la
platea.
Para los peligros de un temblor cuenta el modelo de proscenio que se exhibe, con su enmaderación, que, a más de ser liviana, soporta pesos
enormes.
Solamente este modelo sostiene un peso de varios quintales.
El señor Ansaldo es maquinista y constructor de teatros desde el año de 1864 en que comenzó su práctica en el teatro Carlo Felice, en Génova,
habiendo seguido después en los de Montevideo, Brasil, Buenos Aires, y últimamente en los de esta ciudad, donde ha llevado, a cabo las obras de
proscenio del teatro Nacional y del Odeón.
Por la escasez de tiempo no ha podido el exponente hacer la obra completa, habiéndose dedicado solamente a lo más necesario, dejando a un lado
lo accesorio
La capital argentina parecía ser el destino definitivo de Juan Ansaldo y Carlota Mangini. Allá llegaron con sus hijos Eugenio e Isabel; venían
de Crocefieschi, localidad rural y montañosa cercana a Génova. Un contrato como especialista acústico, los aguardaba en la ciudad de Buenos Aires,
donde el compromiso era un construir un teatro, pero también la pareja tendría, en 1874, a Alfredo, su tercer hijo.
Don Juan quedó viudo y emigró con ellos a Chile. Aquí se le encargó la construcción del Teatro Municipal de Talca y en suelo nuestro contrajo
nuevamente matrimonio, después se radicó en Valparaíso como propietario del Teatro Odeón, situado en la calle Salvador Donoso. (...)
inventóla mayor cantidad de eventos de los que la Ciudad Jardín tenga memoria.