Las actividades económicas en la ciudad de Punta Arenas hacia los años 1888-1889, responden a la explotación de los recursos
existentes en la región de la Patagonia. Este territorio surte de todo tipo de lanas y cueros. Muchos aventureros se establecen para
cazar y obtener ganancias del comercio de cueros de lobos, guanacos, zorros y otras especies. En tanto otros, comienzan con la
explotación de lavaderos de oro, especialmente, en el río Minas.
Durante el primer lustro del siglo XX, es posible conocer la cantidad de población residente en la región de Magallanes. El Censo
efectuado por el doctor Lautaro Navarro, indica que el total de habitantes se empina hasta los 13.309, de ellos, 4.783 son extranjeros,
en otras palabras, el 35.93% del total. En tanto, en la ciudad de Punta Arenas, el número de residentes es de 10.103, y 3.483
individuos, es población foránea. En cuanto a los forasteros que se asientan en la región de Magallanes, los números indican que, 1º
austro-húngaros: 1.469; 2º ingleses: 728; 3º españoles: 711; 4º italianos: 368; 5º alemanes: 328; 6º argentinos: 290; 7º franceses:
259; 8º uruguayos: 118; 9º suizos: 94; 10º noruegos: 61; 11º otras nacionalidades: 340; norteamericanos, portugueses, dinamarqueses,
suecos, holandeses, peruanos, belgas, rusos, griegos, brasileños, montenegrinos, bolivianos, colombianos, paraguayos, mexicanos,
ecuatorianos, turcos, guatemaltecos y rumanos.
Este Censo indica que la ciudad de Punta Arenas crece a pasos agigantados; como prueba anota los grandes establecimientos de comercio
e industriales que se observaban, entre los ellos están los de propiedad de Pisano Ricardi y Máximo Gilli; en cuanto a edificios
construidos con fines industriales se cita la fábrica de baldosas y materiales de cemento de M. Bonifetti, destacando entre decenas de
establecimientos y edificios levantados por comerciantes e industriales extranjeros.
De acuerdo con los Censos oficiales de la República, la presencia italiana en la región de Magallanes, aumenta desde una cantidad ínfima
de 7 residentes en 1885, al número de 148 inmigrantes, apenas una década después, en 1895. En los Censos posteriores, la presencia italiana
se consolida y se mantiene en un cuarto lugar detrás de croatas, británicos y españoles.