Desde el año 1913, puede bien decirse, Chile cuenta con un verdadero maestro y artista consumado en lo que a
trabajos artísticos de bronce se refiere. Gracias a esto, muchos de los establecimientos recientemente construidos
pueden lucir en sus interiores y exteriores ornamentaciones que a simple vista parece imposible se hayan efectuado
en este país.
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Naturalmente que ello ha significado un gran adelanto para la capital, que atraviesa por una fiebre de construcciones
y puede, mediante las actividades de quien presentamos en estas líneas, obtener el desideratum de cuanto el
embellecimiento de esos edificios requiere.
Y ya pasado este pequeño preámbulo que quisiéramos alargar aún más por cuanto bien merecido estaría, diremos que es
don Carlos Mina a quien nos referimos más arriba y que él es el maestro y el artista consumado a que hacíamos
referencias en las líneas que anteceden.
Enviado por la casa Pardin & Co., de París, don Carlos Mina llegó a Chile, como decíamos, en el año 1913. Traía como
especial misión instalar todas las maquinarias de las oficinas salitreras en Carmen Alto de la Pampa Central en
Antofagasta y Chuquicamata.
El señor Mina llenó su cometido a entera satisfacción de todos dando con ello muestras palpables de su competencia y
de su carácter recto. Durante el tiempo empleado en estos trabajos, estudió las probabilidades de triunfar en su
profesión radicándose en el país y como este estudio le significara amplias esperanzas, vino a Santiago y se estableció
en 1914, acompañados de sus hijos, don Alfredo y don Arturo, a quienes fue poco a poco formando en las lides del
trabajo y el arte.
Desde entonces hasta los días que corremos, el señor Carlos Mina se ha entregado por completo al mejor cumplimiento
de las innumerables órdenes de trabajo que recibe constantemente y ha podido colocarse a la vanguardia entre las
firmas que se dedican al mismo ramo.
Es una gran Maestranza, con secciones de fundición, herrería y broncería artística la que tiene instalada desde 1914
en la calle Erasmo Escala numero 3096, teléfono Inglés 164 Estación y dirección telegráfica Mina
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Si recorremos sus distintos departamentos, veremos muy pronto que el orden más riguroso preside sus actividades y que
en todos ellos existe una competente dirección. En la maestranza y fundición trabajan operarios que conocen a fondo
estas actividades y rinden un buen margen que es suficiente para aumentar la importancia del establecimiento.
Lo mismo podríamos decir de la herrería, cuya producción corre a parejas con los departamentos anteriores y nada tiene
que envidiar en dirección ni en competencia de sus operarios. Pero donde debemos hacer especial hincapié es el
departamento de broncería artística.
Aquí encontrarnos trabajos que impresionan muy favorablemente desde el primer instante. El bronce es un metal que se
presta en forma muy excelente para esta clase de trabajos y es por ello que los señores Carlos Mina e Hijos le prestan
la debida atención y se aprovechan de sus condiciones para hacer verdaderas maravillas.
Cuando visitarnos este establecimiento industrial, notamos en todos sus departamentos un movimiento que indicaba toda
su importancia. Los motores de tornos y demás maquinarias trepidaban sin descanso mientras los operarios transformaban
ya el bronce, como fierro y hasta el acero, en todo aquello que mas tarde iría a servir de adorno o a prestar valiosos
servicios en el comercio o la industria en general.
Toda esta excelente impresión la adquiríamos sin examinar con mucha detención sus departamentos. Seguros estamos que
si hubiéramos visto en detalle todo el movimiento del plantel industrial de los señores Carlos Mina e Hijos podríamos
a estas horas llenar muchas páginas de este libro describiendo sus actividades.
En Santiago son muchos los edificios que muestran en sus ornamentos trabajos de estos talleres. Nos vamos a referir
solamente a unos pocos que son los más conocidos. En el edificio de El Diario Ilustrado
, todos los adornos en
bronce, pasamanos, etc., fueron fundidos y elaborados en el establecimiento de nuestra referencia. Lo mismo debemos
decir de cuanto adorno hay en bronce y fierro en los edificios siguientes: Universidad Católica, Rafael Ariztía,
Rascacielo Ariztía, Casa del señor Gustavo Ross en Viña del Mar, Caja Nacional de Ahorros de Valparaíso, Rascacielo
Errázuriz, Simpson en Santiago, Club de la Unión y toda la broncería del Banco de Chile en Santiago.
El edificio de don Rafael Ariztía sirvió de morada de honor al Príncipe de Piamonte durante la estada del heredero
de la corona de Italia en Santiago y recordamos que por entonces se hablo mucho de las ornamentaciones de este palacio
como verdadera obra artística.
En la actualidad este edificio pertenece a la Embajada Británica y llama justamente la atención por todo cuanto hemos
ya explicado.
Los trabajos de broncería del Banco de Chile, según referencias que tenemos en nuestro poder, será algo sorprendente.
Toda ella es obra de los talleres de los señores Carlos Mina e Hijos y representa un galardón más para el
establecimiento dirigido con tanto acierto y competencia.
El numero de obreros que en las diversas actividades de este plantel industrial trabajan diariamente, pasa de ciento
veinte. A todos ellos dirigen con entero conocimiento de causa, con precisión profesional y verdadero arte, los hijos
de don Carlos Mina, señores Alfredo y Arturo Mina.
Estos jóvenes, mediante una labor digna de todo encomio, han sabido llevar el establecimiento hasta un brillante pie
y hoy están dando mayor impulso a la industria, conjuntamente con su señor padre.
Don Carlos Mina es natural de Induro Olona, Provincia de Como. Muy estimado en la Colonia, formó parte de la Comisión
que fue a recibir a la Real Nave Italia y también de la Comisión de Festejos que rindió homenaje a S.A.R. el Príncipe
de Piamonte.
Su solvencia comercial es tal, que los mejores informes de su persona y de su establecimiento pueden encontrarse en
todos los Bancos de la República.