Presencia Italiana en Copiapó

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Según narra una leyenda oral, una modesta pastora, Elsa Normilla, reveló en su lecho de muerte a su hijo Juan Godoy, la secreta ubicación del yacimiento de Punta Pajonales o Cerro Chañarcillo. Le impone la condición que comparta la riqueza con quien siempre le brindó ayuda: Miguel Gallo, nieto de Antonio. El hallazgo convierte al pueblo en una suerte de El Dorado. Un lugar que se hizo famoso fue La Placilla de Chañarcillo que se formó en el centro del mineral y rápidamente se llenó de bullicio. Los buhoneros y bodegueros instalaron allí sus improvisados puestos, donde ofrecían sus baratijas y, bajo cuerda, las botellas de licor. Se observa que a este lugar desde todos los rincones del orbe acuden personajes de las más variadas especies. Allí estuvo desde Domingo Faustino Sarmiento, educador, humanista y político que llegó a la primera magistratura de Argentina, o al sabio polaco Ignacio Domeyko, hasta el aventurero que tiene cuentas pendientes con la justicia. Lo corrobora, Vicente Pérez Rosales, que en 1846 describe al pueblo como Cosmopolita, y muy especialmente riojano, donde concurrían ingleses, franceses, chilenos, alemanes, italianos, sin contar con todos los que llegaban de casi todas las repúblicas hermanas.La población foránea experimenta un incremento extraordinario, y se caracteriza por los oficios más disímiles. Según un censo informal, practicado a fines de los años cincuenta, Abundaban entre españoles, alemanes e ingleses los dulceros, huerteros, horneros, carpinteros y peones.
El rápido poblamiento de la ciudad se corresponde con las perspectivas laborales y mejores salarios. Asimismo, incentivan el traslado a la región el Estado y los particulares. La autoridad política decreta el transporte gratuito en la fragata Chile para aquellos trabajadores que decidan establecerse en el Departamento. Por su parte, la asociación patronal Junta de Minería acuerda ofertar a los capitanes de barcos mercantes $5 por el transporte de peones desde Coquimbo a Valparaíso y más de $8 si a los peones los acompañaba su mujer.Así prosigue la migración, a la par, por tierra en grandes caravanas. La construcción del primer ferrocarril que corre en el hemisferio sur, desde Copiapó al puerto de Caldera, que es financiado por una millonaria inversión de algunos empresarios mineros, liderados por el estadounidense William Wheelwright, seduce a muchos brazos tentados con salarios muy elevados. Todas estas circunstancias, configuran el fenómeno para que hacia 1854 la localidad se convierta en una de las ciudades más pobladas del país, con 12.245 habitantes.
En 1851 aparece un inmigrante italiano, Menelli, dueño del Hotel Comercio, instalado en las cercanías del río Copiapó. En 1854, se descubre a Emilio Salvigni que poseía una planta de tratamiento de minerales próxima al río. Philippi que conoce las instalaciones de este minero, nos informa que La planta recibe su energía por el agua del río Copiapó. Con dos grandes palos con fierros perpendicularmente instalados al pie. Salvigni efectúa además otros negocios en el rubro, en sociedad con Alejandro Walker. Con posterioridad reside en Vallenar. Hasta mayo de 1857 ejerce otro italiano como director interino de la Escuela de Minas, el religioso Alessandro Mey. No hay más antecedentes de este fraile.

Carlos A. Díaz Gallardo. ITALIANOS EN CHILE. Historia de una Inmigración. Italianos en Copiapó.